martes, 1 de diciembre de 2009

Que importa el título...

Ahora es a una copa de vino a la que le cuento mis inquietudes, mis problemas, mis males. ¿Qué me jode quedarme callada con la soledad? Ya lo sabemos, así ha sido siempre. Son actitudes desesperantes de una mujer llena de ansiedad... SI, ansiedad por compartir esta maldita copa de vino con esa persona a la que amo, por tenerlo a mi lado y ver lo perfecto que es el ocaso, o solo por puro gusto... quedarnos callados pero juntos.
Vamos, no cometeré el mismo error dos veces y es que no estoy rogando, es mi hipotálamo que lo grita (y es que me jode decir que el corazón es el encargado) y hace que mis ojos se humedezcan un tanto pero no como para llorar otra vez. Y es que solo si te quedarás seria mas fácil pensar, y si te fueras de verdad, seria menos complicado continuar.
Ahora a un espejo le consulto mis dudas, que bajo he caído! Comprendo que el tener tiempo para mi no es del todo mio, porque si lo pienso, te pienso mas veces que las que pienso en mi.
Siempre he dicho que busco lo esencial en lo simple (así como lo dicen los chavos de Gandhi), que las cosas simples de la vida son las cosas que llenan, que le doy mas importancia a lo simple. Ahora me doy cuenta que sos simple y que yo lo quise ver todo complicado. Y es que cuando digo que quisiera estar con vos, no es solo por sexo o por no sentirme sola, es algo que va mas allá. Sexo? Lo pienso y no es por pura calentura, es sentir como las caricias lo dicen todo, como las mentes se conectan y penetrar hasta entender el por que de lo que esta pasando.
El punto no es estar, sino saber como estar. El punto no es solo entrar, es saber como entrar. El punto acá es que yo no soy y vos no serás, que yo no sé y vos no sabes; el punto final es que tengo miedo y vos también lo tenés.

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