domingo, 27 de septiembre de 2009

270908


Despierto a ilusiones de ensueño

Dormir y soñar realidades que hieren

Cerrar los ojos y ver tu rostro

Abrirlos y contemplar el vacío

Descifrar el misterio que te encierra

Codificar el odio que podas sentir

Dominar la mentira que decís a diario

Desconocer la verdad que no pronuncias

Gritar hasta que tu ausencia me escuche

Desear tu encuentro e ignorar tu presencia

Besar tu sombra y hacerle el amor a tu recuerdo

Voltear la mirada y amanecer sola

Palabras que se pierden en el viento

Miradas que lo dicen todo

Pensamientos que ahogan tus penas

Lágrimas dulces que no mojan

Personas que viven y te hacen feliz

Personas que mueren y no volverán jamas

Ella que se dejo morir y vos la revivís

Yo que sigo viva y vos que me matás


miércoles, 16 de septiembre de 2009

Los que se quedan y los que no


Hace un par de horas, buscando que hacer, me tope con una lectura (por no decir un blog)... con una frase estilo "superación personal": Cuando acaba el día, lo que todos deseamos es tener a alguien cerca. Guardar las distancias y fingir que no te preocupan los demás, no es más que una sarta de mentiras. Elegimos a las personas que queremos que estén cerca; y cuando las hemos elegido, nos quedamos junto a ellas. La gente que se queda contigo cuando el día llega a su fin, es la que merece la pena conservar. A veces, la invasión de tu espacio personal es lo que necesitas.

A pesar de que este párrafo suena un tanto cursi, es cierto y es que ultimamente he comprobado que si, que si existen personas que se quedan con uno, que a pesar de las cagadas que uno cometa se quedan, que a pesar de lo que uno no dice... se quedan. A veces no importa que sea solo 1 persona, el cariño que una sola persona puede dar logra llenar aun mas que la compañía de 1000 personas que ni te dan el saludo cuando estas en necesidad y te ignoran.

No me puedo quejar, en estos días tan dificiles no he estado del todo sola... no me gusta hablar o escribir sobre lo que me pasa, casi siempre lo disfrazo pero creo que al leer esas lineas no pude evitarlo. He tenido la dicha de que han habido personas cerca de mi, personas que han sabido aguantar mis tristezas, mis cambios de temperamento, mis arranques de histeria, mis insultos, mis enojos y que a pesar de todo eso siempre tienen una sonrisa para darme, tienen palabras de animo o a veces solo con un simple "estoy acá" han logrado dibujar en mi una sonrisa o incluso me han hecho llorar de alegría.

Realmente no busco mucho en las personas, no me gusta pedir porque se que la gente no me va a dar lo que yo quiero, me va a dar lo que ellos pueden dar; no me gusta dar una lista de lo que busco en alguien porque las personas no son recetas, o por lo menos eso me parece... cuando te dan un listado de lo que alguien busca en uno, es como si estuvieran haciendo un pie de limón y al final se terminan decepcionando porque, o a veces tienen mas de una cosa o menos de otra, entonces ya no les gusta; no me gusta dar una lista de lo que espero de alguien o busco porque nunca las personas van a ser como yo quiero que sean, van a ser lo que ellos quieran... fingiendo o no pero van a ser ellos.

Y ahora, que pasa con los que no se quedan? Pues triste decirlo, pero las personas que mas queremos que se queden, a veces, son las que menos resisten la presión o compromiso de lo que es estar en la vida de uno. Incluso, esas personas intentan quedarse pero a veces uno los hace alejarse al demostrarles que si es importante en nuestra vida; pero tampoco juzgo por eso, cada quien toma las decisiones que mejor les convenga.

Hay personas que se quedan, personas que se van y personas que regresan, y todo eso se agradece porque, de una u otra manera, cada una de esas personas siempre dejan algo en nuestras vidas, bueno o malo... pero siempre habrá algo que los hará recordar.

martes, 15 de septiembre de 2009

Que tengas suertecita | No mas lágrimas

Y es que bien lo dice Bunbury: "Que tengas suertecita, que te conceda la vida cada día lo que mereces". Para que guardar rencores, para que desearle mal a alguien que nos hizo mal (con o sin intención)... Mejor dejar todo por la paz. Y es que a la larga son las mejores decisiones, tomar cada quien el camino que le corresponde, por lo tanto no me queda mas que decir: que tengas suertecita.

"Que no te falte de nada que no te de la espalda la esperanza; que te encuentres el buen camino, que sea el tuyo y no el mio, y si es el mismo, enseñamelo"... Y es que pongo el video, no solo porque de esa canción estoy hablando, si no que también porque (a pesar de lo que digan) me encanta este hombre y en este video se ve de lo mas bueno. Además, dentro de 15 días vamos a poder disfrutar de su música acá en Guate, en mi caso sola pero rodeada de gente.

PD. Se que no soy de poner música en mi blog, pero la fecha lo amerita y mi estado de animo lo pidió

sábado, 12 de septiembre de 2009

Sin motivo (Ana)


Parada en las escaleras de su casa, Ana observó el cuadro patético que había gradas abajo, y lo único que quería era salir corriendo del lugar. Ella no eligió eso, la necesidad lo hizo. De muchas maneras había buscado la forma de no involucrarse, pensó haber encontrado una pero simplemente fue una más que llego y se esfumo mas rápido de lo que creyó. Varias noches se preguntó qué había ocurrido, qué había hecho mal… por qué tuvo que terminar todo; varias noches había llorado tratando de desahogar su tristeza, sus dudas, su miedo a estar sola de nuevo.

Intentó culpar a otros de su dolor, pero ella sabia muy bien que todo pasó porque ella lo permitió. Intentó superar el dolor, pero era imposible, todo lo que veía la hacia recordar, todo lo que decía la hacia recordar, todo lo que escuchaba, todo la hacia recordar.

Si fue la necesidad entonces, ¿por qué no haberlo pensado mejor? No era el único lugar para estar, no eran las únicas personas con quien podía compartir… pero eso no le respondía el por qué. Bajó un escalón más y se quedó parada, quería gritarles que se callaran pero tampoco quería formar parte de ese conjunto de voces desafinadas y alteradas.

No logro soportar tanta producción de bilis ajena y simplemente salio de casa y camino sin rumbo. Era de noche, se veía una inmensa nube por el sur pero a la vez habían estrellas que la acompañaron en su recorrido por la ciudad. Saco un cigarro, lo fumó y lloro. A lo lejos observo a una pareja besándose muy apasionadamente, la envidia la invadió e imagino que era ella la que recibía esa muestra de afecto. Su imaginación voladora se vio interrumpida por una anciana que se acerco a ella: “Demasiada tristeza para una niña tan bonita como usted”, la anciana le regalo una sonrisa y siguió su camino. Ana se sentó y siguió observando a la pareja, sentía como un calor recorría su cuerpo, como si la sangre le hirviera pero dolía… sentía como si la sangre le brotara por todos lados, como si la piel se le quemara y toda ella se derritiera. Lloro de nuevo, no podía creer que el afecto que ella algún día sintió por alguien se terminará y se convirtiera en una mezcla de coraje y resentimiento.

Siguió su camino y mientras daba paso, dejaba tirada toda esperanza de verse sonreír mientras fumaba su ultimo cigarro del día, o mejor dicho, noche. Sin ningún motivo para sentirse mejor, regreso a casa a seguir viviendo su realidad. Se sentó en su ventana y, de nuevo, se cuestionó el por qué de lo que le tocó y no le tocó vivir, de lo que le tocó y no le tocó sentir.