Pensar, meditar... como un pequeño detalle de la naturaleza te hace volar, te hace apreciar lo que tenés, te hace enamorarte mas de lo que tenés a tu alrededor. A veces creo que es a causa de lo que pretendo llegar a ser, muy observadora de los mínimos detalles de la vida, de lo que dicen las personas, de lo que las miradas muestran.
Llevar toda una vida apreciando la naturaleza, contagiarse de su hermosura, emocionarte con un pequeño cambio (favorable claro), contemplar los colores perfectamente matizados. Todas esas sensaciones y todo eso lo crea un pequeño viaje desde mi pueblo hasta la pequeña urbe guatemalteca.
Y es que con eso te das cuenta como va cambiando, como 2 horas de viaje se convierten en años de cambios. Pasar de un verde resplandeciente a un frío gris; de escuchar el canto de las aves ,y como las hojas de los arboles hacen canción, a escuchar las bocinas de los carros y los gritos malhumorados de los conductores; pasar de respirar un aire fresco a un olor rancio y podrido.
No es decisión propia, es necesidad. Realizar un pequeño viaje solo para continuar la vida que me regresara a donde pertenezco en realidad.
UN VIAJE HACIA ORIENTE (04.09.09)
Mientras mi seso se conecta con la corriente sináptica de mis neuronas, el aroma del ambiente empieza a cambiar, se siente frescura dejando atrás ese olor insultante de la ciudad. La temperatura cambia constantemente: calor, frío, calor. Un parche de nube nos cubre por unos momentos, refrescando el ambiente y alentando nuestros sentidos con una lluvia densa. Observar como va cambiando la vegetación, grandes barrancos me hacen recordar el camino que me lleva a casa, pero esta vez me dirijo hacia el lado contrario.
No es solo un viaje de placer, no es solo por conocer... es un viaje que va mas allá, es un viaje que llenará esa necesidad de ayudar, de aliviar. Llegar y contemplar un mundo distinto al que se está acostumbrado, compartir con gente que, a pesar de sus carencias y necesidades, te quiere dar todo lo que puede dar; llegar a un mundo distinto al tuyo y desear quedarte, es una sensación incomparable.
Espero que el oriente sea un recuerdo que quede bien grabado en algún parche no tan gastado de mi cerebro.
No es solo un viaje de placer, no es solo por conocer... es un viaje que va mas allá, es un viaje que llenará esa necesidad de ayudar, de aliviar. Llegar y contemplar un mundo distinto al que se está acostumbrado, compartir con gente que, a pesar de sus carencias y necesidades, te quiere dar todo lo que puede dar; llegar a un mundo distinto al tuyo y desear quedarte, es una sensación incomparable.
Espero que el oriente sea un recuerdo que quede bien grabado en algún parche no tan gastado de mi cerebro.
TIERRA EN EL OLVIDO (26.09.09)
Ahora que parte de mi se ha quedado varada en el oriente, regreso a casa y me pongo a divagar un poco dentro de mi memoria. Recordar ese pequeño lugar dentro de un mar de verdes bosques, un pedazo de tierra olvidada por el mundo... donde la pobreza económica se respira pero la riqueza de sentimientos te invade. Y es que hay tanta gente que se queja de su estado económico por no poder comprarse el nuevo celular que salio al mercado, mientras que esta gente en el oriente de nuestro país se queda en el olvido.
Somos tan ciegos, egoístas y descerebrados... queremos mas teniendo, mientras otros no tienen ni piden, siguen sus vidas trabajando hasta el cansancio, y aun cansados, siguen trabajando. Es desalentador ver hasta donde ha llegado la avaricia de la gente "poderosa", pero si no fuera por toda esa gente que trabaja hasta mas no poder... este país seria nada.
Me asombro de como toda esa gente te recibe, tal vez no tienen para ellos pero aun así te invitan a una taza de "café de maíz", te dan una tortilla recién salida del comal. A veces me pregunto en donde se ha quedado todo eso, en que momento se perdió la amabilidad y hospitalidad? Supongo que en esta época ya a nadie le importa y cada quien ve lo que le conviene. Triste pero cierto... así es la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario