domingo, 7 de junio de 2009

Finalmente libre


Las ataduras se rompen,
no hay nada que lo pueda impedir.
Un viento nuevo me refresca el rostro,
mis manos se mueven sin parar.


La sensación de libertad,
escucho a lo lejos una canción llena de paz.
Un paso más y me perderé,
no volveré a ser prisionera.


La duda de lo que encontraré me invade,
pero la comodidad de poder volar es inevitable.
La nada me besa, el frió me abraza,
la luna me observa, el vació me espera.


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